Palmira Gadea, una aristócrata sevillana, ha vivido al resguardo de su precioso y cuidado jardín. Sin embargo, ese orden aparente y artificial se ve invadido, poco a poco, por el inexplicable desorden del mundo que lo rodea. Las tapias del jardín de Palmira se estremecen y se resquebrajan por causa de una realidad violenta y ensangrentada, feroz pero enriquecedora, en un lugar donde jamás pudo imaginar que habría de encontrarse con su postrero y más grande amor y con su serenidad última, por encima del abandono y la muerte.