La crítica de la quincena

Título: Instrumental

Autor: James Rhodes

Editorial: Blackie Books.

Hoy me gustaría hablaros del libro Instrumental, de James Rhodes. Es un libro que éste invierno ha tenido mucho éxito ya que la editorial Blackie Books, como suele hacer, ha apostado por una propuesta arriesgada pero muy bonita.

Se trata de un libro autobiográfico que tiene como hilo argumental la música. James Rhodes es un concertista de piano inglés muy conocido que, a pesar de su juventud, ha tocado en los escenarios más famosos del mundo. A pesar de eso, hay que decir que es un libro duro y que es muy probable que el lector se sienta a veces un poco impresionado.

James Rhodes relata la historia de su vida, una vida muy dura marcada por las violaciones que sufrió de pequeño por parte de su entrenador de boxeo.

Durante el relato, podemos ver cómo esta experiencia desemboca en una vida llena de excesos y prostitución, que lo llevaron a estar internado en un instituto psiquiátrico y a varios intentos de suicidio.

Hasta aquí puede parecer un libro difícil, sobretodo porque el autor no se deja ningún detalle a la hora de relatar el infierno que sufrió durante tantos años, pero a la vez tiene un carácter maravilloso, porque cada capítulo trágico de su vida va acompañado de su tabla de salvación, la música clásica.

Los capítulos empiezan con una recomendación musical que el lector puede oír mientras lee el capítulo en una lista creada en Spotify, y también con un pequeño texto donde nos explica alguna cosa interesante del compositor de cada pieza.

Rhodes reconoce desde el principio que la música clásica es el motor de su vida, lo único, a parte de su hijo, que le ha ayudado a seguir adelante y a superar los traumas de su vida.

Éste libro también tiene su parte sensacionalista ya que su publicación se prohibió durante años en el Reino Unido, considerando que su contenido podía afectar psicológicamente al hijo del autor. Finalmente consiguió una sentencia a su favor. La sentencia decía, literalmente: “Una persona que ha sufrido de la manera que éste hombre ha sufrido, y que ha luchado para hacer frente a las consecuencias de su sufrimiento de la manera que él lo ha hecho, tiene derecho a explicarlo al mundo”.

Los últimos capítulos son muy diferentes. El autor deja de lado su cruda experiencia personal y nos habla de su vida como músico, haciendo un manifiesto muy interesante sobre la manera como hoy en día se percibe la música clásica.

Conciertos interminables, silencios absolutos y clasismo. En los conciertos de Rhodes, él va con pantalón tejano y le gusta hablar con el público entre pieza y pieza, agradece los consejos y los da a sus espectadores intentando crear un hilo invisible que una al músico con sus oyentes.

No puedo dejar de recomendar este libro a todo el mundo que crea que la música es una cura para el alma, y a todas aquellas personas que quieran vivir de cerca una historia aterradora pero con un final feliz.

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