Roma, a principios de los años setenta. Petro Proietti, el inolvidable Libanés, tiene veinticinco años y está en la cárcel. Todavía es un niño de la calle, pero ya empieza a pergeñar su gran plan: convertirse en el rey de la Roma criminal. Junto a él, nos encontramos con sus compañeros: el Dandi, el Búfalo, y el Esqueleto. Y Giada, una chica de buena familia, con la que el Libanés tendrá continuos encuentros y desencuentros.
Después de intervenir en una pelea a favor del sobrino del jefe de la Camorra, se acerca a esta organización y empieza a aprender cómo funciona, su estructura y organización. Pero su objetivo no es convertirse en un miembro de la misma, sino ser siervo de nadie, dueño de sí mismo.
Cuando sale de la cárcel cuenta con sus amigos de siempre y con un trato con la Camorra: hacer llegar un barco cargado de drogas a la ciudad. Para ello, necesitará una inversión de mucho dinero.
Mientras, se hace patente que Roma necesita un rey, y no puede ser el Terrible, un campesino vestido de punta en blanco, con sus elegantes ropas ridículas y pelo grasiento.
«La vida es todo o nada»: el Libanés lo sabe, porque la calle ha sido su escuela. Y gracias a la calle, el Libanés ha aprendido que un verdadero guerrero siempre se levanta, todas y cada una de las veces que cae.